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miércoles, 3 de abril de 2013

BUENOS AIRES SUFRE INUNDACIONES MAS DAÑINAS DEL SIGLO

 El agua ha anegado barrios enteros y ha afectado a un 10% de los tres millones de habitantes.
La ciudad de Buenos Aires tiene unos tres millones de habitantes. Más de un 10% de la población ha sido afectada directamente por las últimas lluvias, las más dañinas de los últimos 107 años, de acuerdo con las autoridades. La Reina del Plata se pareció en la madrugada del martes a Venecia y necesitará muchos días para retomar la normalidad.
 En dos horas cayó del cielo tanta agua como la equivalente al mes de abril: más de 160 milímetros. Murieron al menos ocho personas. Miles de casas han quedado dañadas. Hay más de 300 evacuados. Las imágenes de automóviles, refrigeradores y camas flotando por las calles provocan una sensación de desamparo sin precedentes. Numerosos barrios todavía no tienen luz. “Fue una tragedia climática”, dijo el alcalde capitalino, Mauricio Macri, quien tuvo que suspender sus vacaciones en el norte de Brasil y encabezar el comité de crisis.
El Gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner no desaprovechó la oportunidad de criticar a su principal oponente político, responsabilizándolo de la inundación. El kirchnerismo asegura que las autoridades de la ciudad no saben afrontar los problemas: han gastado apenas del 40% del presupuesto destinado a obras hidráulicas. Dijeron a su vez que la magnitud de la inundación es otra de las consecuencias colaterales del negocio del ladrillo. Buenos Aires tiene cada vez menos espacio verde y, por lo tanto, se reduce la superficie absorbente.
Falta de previsión “Lo que pasó fue anunciado 20 horas antes por el Servicio Meteorológico Nacional, a pesar de lo cual no hubo una revisión de los sumideros ni se desplegó personal de forma preventiva", dijo el ministro de Planificación nacional, Julio De Vido. "Los cuantiosos recursos con los que cuenta el Gobierno local por las sucesivas subidas de impuestos sería bueno que fueran aplicados a solucionar los problemas de la ciudad”.
Por su parte, Macri acusó al Gobierno nacional de obstaculizar el acceso al crédito internacional que permitiría a la ciudad llevar adelante las obras de infraestructura necesarias para evitar lo que se ha denominado el “pequeño Apocalipsis”. En el medio de la polémica quedaron los dueños de los automóviles estropeados, las familias en cuyas casas el agua llegó a trepar los 70 centímetros y los familiares de las víctimas fatales.
Las lluvias, que comenzaron en la noche del lunes, se mantendrán en la Capital Federal hasta el jueves. Las autoridades han movilizado a centenares de funcionarios de Emergencias, Guardia de Auxilio y de la Policía Metropolitana, además de agentes de Defensa Civil, Logística y Cuerpo de Tránsito, para atenuar los efectos de los que se vive como una verdadera catástrofe. Además, se aportaron generadores eléctricos para clínicas y hospitales.
"Las pérdidas materiales en las viviendas son muy grandes debido al agua que ingresó en su interior", reconoció Defensa Civil. El Gobierno de la ciudad ha puesto en marcha un "Fondo de Emergencia para Subsidios por Inundaciones", con el propósito de mitigar “los daños ocasionados por fenómenos meteorológicos extraordinarios que provoquen inundaciones y anegamientos”.
Los capitalinos pasaron la noche en vela, temerosos de una nueva embestida del cielo. Dos semanas atrás creían que la elección de un papa argentino, Francisco, era un regalo providencial. Por estas horas ruegan a Dios que se acuerde de ellos y disuelva las nubes negras que amenazan con más inundaciones.