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martes, 16 de junio de 2015

TORMENTAS EN VALENCIA PARALIZA EL METRO, CORTA CARRETERAS Y DESBORDA RIOS

La tromba de agua deja decenas de vehículos atrapados en Albal, Chiva Cheste y Godella, y obliga a los bomberos a achicar agua y frenar filtraciones.
El granizo y las intensas tormentas que ayer volvieron a azotar la Comunitat nuevamente causaron estragos, especialmente en la comarcas de Camp de Morvedre, L'Horta y la Plana Baixa. Conductores atrapados en sus vehículos, cauces desbordados que cortaron carreteras, campos de cultivo y calles inundados, y retrasos tanto en la llegada de vuelos al aeropuerto de Manises como de los convoyes de la red de Metrovalencia fueron los principales problemas.
 Tras los «graves daños», según la Agencia Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), provocados por el pedrisco y las tormentas el pasado sábado, sobre todo en un millar de hectáreas de cultivos de Ribarroja del Turia, Manises y las comarcas de la Marina Alta y la Ribera Alta, ayer el cielo volvía a descargar con fuerza en municipios como Catí, que acumuló 63 litros por metro cuadrado en sólo cuatro horas, Algar del Palancia o Bugarra, localidades que en una hora llegaron a registrar entre 32 y 45 litros.
A mediodía, las primeras tormentas, acompañadas de pedrisco y descargas eléctricas, hacían acto de presencia en el interior norte de Castellón, en poblaciones como Morella, Artesa, Onda, L'Alcora y Atzeneta, entre otras. En Algimia d'Alfara las calles se tiñeron de blanco con trozos de hielo del tamaño de una moneda, al igual que el granizo registrado en Quart de les Valls. Paralelamente, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) calificaba de «severo» el pedrisco que también caía en Algar del Palancia.
La tormenta avanzaba lentamente hacia el litoral, centrándose especialmente en la Plana Baixa, entre Almenara y Xilxes. En Alfara de la Baronia dejaba ríos de agua corriendo por las calles, según describían desde Protección Civil de Puçol; y en Torres Torres campos de cultivo aparecían totalmente inundados.
Cerca de las ocho de la tarde, el temporal alcanzaba ya al municipio de Cheste, donde se llegaba a desbordar el cauce a la altura de la carretera CV-378, y obligaba a cortar el acceso al polígono industrial Castilla. El río Sonella, a la altura de Onda (Castellón), también se desbordó. El tráfico también sufrió las intensas precipitaciones. La A-3, a la altura de Quart de Poblet, y la V-30 entre la localidad y Xirivella, se encontraban totalmente congestionadas a última hora de la tarde; así como la CV-35 a la altura de Burjassot. La Policía Local de Valencia pedía precaución a los conductores por las retenciones que se estaban sufriendo en la pista de Ademuz.
Los bomberos tuvieron trabajo extra. En Xàtiva, el servicio del parque municipal tuvo que retirar ramas de árboles literalmente tronchadas en la avenida Selgas. También tuvieron que emplearse a fondo en Chiva, por achiques de agua, Cheste, para rescatar a una persona atrapada en su furgoneta, Rocafort, por la filtración de agua en una residencia de discapacitados, en Museros, por el desprendimiento de una fachada, en Paterna, para revisar un contador de la luz tras la caída de un rayo, Godella, y en un centro de menores de Burjassot por el atasco de un desagüe, tal y como informó el Consorcio Provincial.
 Las policías locales de Albal y Chiva tuvieron que realizar varios servicios para atender a conductores cuyos vehículos se habían quedado bloqueados por acumulación de agua en la calzada en las partes más bajas de las poblaciones, según informó el servicio de Emergencias 112 de la Generalitat. Por su parte, el Ayuntamiento de Sagunt ordenaba desalojar, como medida de precaución, los vehículos estacionados en las proximidades del cauce del río Palancia. Hasta se formó una especie de pequeño tornado que pudo observarse desde la localidad de Buñol aunque, concretamente, se trataba del denominado 'funnel cloud' o nube embudo.
Retrasos en el aeropuerto
Las fuertes lluvias obligaron a Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) a cortar dos tramos de la red de Metrovalencia entre las localidades de Burjassot y Rocafort (línea 1), y entre Paterna y La Canyada (línea 2). Pasadas las nueve de la noche se restablecía la circulación de la línea 1 y media hora más tarde la línea 2. Además, las intensas precipitaciones provocaron retrasos en los trenes, especialmente en los que cubren el área de La Ribera por la acumulación de agua sobre las vías.
Por su parte, ocho vuelos tuvieron que esperar a que amainara la tormenta para poder aterrizar en el aeropuerto de Manises. De ellos, seis pudieron aterrizar finalmente en las instalaciones valencianas y los restantes se desviaron al aeródromo de Alicante. Como consecuencia de la tormenta, buena parte de las salidas programadas sufrieron retrasos.
Las descargas eléctricas que acompañaban a la tormenta a punto estuvieron de originar un gran desastre en la Devesa del Saler. Al parecer, un rayo impactó contra un árbol y originó un pequeño incendio que, sin embargo, no pasó a mayores y se extinguió casi de inmediato.
 El nuevo alcalde de la Font de la Figuera, Vicent Muñoz, denunció también que a raíz de las obras de la autovía y la nueva vía ferroviaria del AVE se inundó la parte baja de la localidad, por lo que exige al Gobierno central que tome las medidas necesarias para evitar este tipo de problemas en la localidad.