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sábado, 21 de noviembre de 2015

REMOLCADO EL TREN AVERIADO SANTANDER-CABEZON DE LA SAL

El convoy que cubría este viernes la línea Santander-Cabezón de la Sal sufrió una avería a medio camino y provocó las quejas de los usuarios: "Ocurre demasiadas veces"

"Quedamos parados a medio camino. LLevábamos un buen rato sin saber qué pasaba hasta que vino otro tren a empujarnos por detrás. Golpes, golpes. Y se fue la luz, la gente iluminando con los móviles, un barullo de miedo...". Es el relato de Diana, una pasajera del tren de Feve que salió de Santander este viernes a las 18.15 horas de este viernes con destino a Cabezón de la Sal, cuya llegada estaba prevista a las 19.20 horas. Pero a la media hora de comenzar el viaje sobrevino una avería poco antes de llegar a la estación de Puente San Miguel (Reocín), que obligó a los viajeros a bajarse al andén a esperar una solución para llegar a su destino. Este sábado, como muestra la fotografía, el tren averiado ha sido remolcado por otro.
"Llevamos más de una hora tirados", señaló Diana que, harta de esperar, llamó a sus familiares para que fueran a buscarla. Fue la opción elegida por muchos de los afectados, que se marcharon de allí en coches. Una veintena se quedó esperando en la estación a que llegara otro tren de Santander para completar el viaje. "La gente está muy enfadada, aseguran que este tipo de percances ocurren demasiado a menudo", señala. Comenta, además, que la solución de empujar el convoy causó algunas escenas de nerviosismo, "cuando el tren quedó parado a las 18.45 los maquinistas intentaron arrancarlo, así media hora. Luego vino un tren por detrás, y se puso a dar empujones. En medio de los golpes se fue la luz, no sé ni cuánto tiempo nos quedamos a oscuras ahí dentro, la gente encendió sus teléfonos para ver algo". Al parecer, con esta operación se pretendía empujar el tren hasta la estación, que distaba "unos cinco metros" del punto en el que se quedó parado. Pero la maniobra no funcionó: "ni los empujones ni los balanceos lograron mover el tren", indica esta testigo. Así que se optó por engancharlo y llevarlo hacia atrás y, después, volver a impulsar el convoy hacia adelante. "Y al fin llegamos y nos bajamos", contó, después de "una hora" desde que el tren se quedara parado.
La mayoría, según esta pasajera, reclamó el importe de los billetes, "en mi caso 3,30 euros", que les fue devuelto.