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martes, 17 de octubre de 2017

CONTINUAN COMBATIENDO 56 INCENDIOS EN GALICIA

Ocho focos, seis en Ourense y dos en Lugo, amenazan viviendas

 Las llamas en As Neves, Pazos de Borbén y Carballeda de Avia calcinan casi 11.000 hectáreas

 La lluvia da un respiro al dispositivo de extinción

La lluvia dio ayer un respiro a Galicia, que el domingo vivió una jornada de tragedia que quedará marcada en su historia con tinta negra. Tres personas perdieron la vida por la ola de incendios, dos mujeres en Nigrán que huían de las llamas y un hombre que intentaba proteger a sus ovejas en Carballeda de Avia (Ourense). La cuarta víctima moral falleció el lunes en Vigo. Era un vecino que ayudaba a una amiga a salvar su casa de las llamas. 

 Aunque las precipitaciones y la bajada de las temperaturas hicieron un gran favor a los efectivos del dispositivo de lucha contra el fuego, el día de ayer se cerró todavía con 56 incendios en pie: 32 activos, 5 estabilizados y 19 controlados. Ocho de ellos todavía amenazaban al cierre de esta edición viviendas, seis en Ourense y 2 en Lugo. 


Las lluvias en la tarde de ayer, en la provincia de Pontevedra, fueron claves para amainar la fuerza de las llamas. En Ourense y Lugo se esperaban de madrugada. En Pontevedra, aún se trabaja para apagar 16 incendios: 8 están activos en Ponteareas, As Neves, Nigrán, Salvaterra do Miño, Ponteareas, Fornelos de Montes y Mos; 2 están estabilizados en Caldas de Reis y Gondomar y 6 están controlados en Silleda, Salceda de Caselas, Baiona y Cotobade.

La gran tragedia del huracán de fuego, del que se ha salvado la provincia de A Coruña, fue la pérdida de 4 vidas humanas, pero el efecto devastador de las llamas ha sido más amplio: miles de hectáreas arrasadas aún sin determinar, viviendas, alpendres y vehículos calcinados, centros de trabajo reducidos a cenizas, y miles de vecinos que vivieron escenas de pánico y tensión, al comprobar impotentes el avance de las llamas. Muchos intentaron apagar con cubos y escobas el fuego, mientras esperaban por la llegada de los profesionales, que trabajaron a destajo pero no podían llegar a todas partes.

Una veintena de personas hubo de ser atendida por sanitarios. El humo fue tal que donde no había fuego se sabía de los incendios por la lluvia de cenizas y el humo que escurecía el ambiente incluso en pleno mediodía, como pasó en Lugo, donde se vieron obligados a encender las farolas.




La Consellería de Medio Ambiente se vio obligada a activar el protocolo de contaminación atmosférica.

La cuantificación de las hectáreas arrasadas por los más de 125 fuegos que desde el viernes sembraron el caos en Galicia está por hacer. Primero hay que apagar el fuego, explicaban ayer desde la Consellería de Medio Rural. La cifra será muy elevada. Solo tres de los grandes incendios que registró la comunidad quemaron casi 11.000 hectáreas, según datos no oficiales pero aportados desde los consistorios: 5.000 hectáreas en As Neves, 3.300 hectáreas en Carballeda de Avia y 2.500 en Pazos de Borbén



Averías de telefonía

El fuego en el sur de Galicia también afectó a la red de comunicaciones fija y móvil de 8.000 clientes, pues se quemaran conexiones terrestres entre las estaciones base y las centrales. Telefónica desplazó a más de 350 personas para intentar reparar los problemas provocados por los incendios.

La valoración de los daños se hará en las próximas jornadas, pero será muy alta. Al menos cuatro espacios protegidos por la Red Natura 2000 se han visto afectados por la oleada de incendios en Galicia.

Son tres zonas especiales de conservación, Pena Veidosa, Macizo Central y Ancares-Courel, en Lugo, así como la zona de especial protección para las aves Baixa Limia-Serra do Xurés.